14 febrero, 2014

CORNUCOPIA, PRIMER DESFILE DE LA CONDESA. UNA NOVATA ENTRE FASHIONISTAS


CORNUCOPIA, PRIMER DESFILE DE LA CONDESA. UNA NOVATA ENTRE FASHIONISTAS.

Y es que me sentí la más pardilla del lugar. Pero eso es adelantar acontecimientos.
Lo primero que hice al llegar a Madrid fue ir directa a Speed & Bacon, donde venden las colecciones de La Condesa. Como una campeona de pueblo pequeño me fui andando, de todas formas no tardé más de media hora, y es que va en contra de mi religión ir en metro, al menos por el centro de Madrid y si no voy cargada con maletas.
Decepción, La Condesa se había llevado muchas prendas para el desfile, pero daba igual, si la prenda en cuestión se la podía poner una modelo, a mi no me entraría ni en una pantorrilla. Además iba con la secreta ilusión de encontrar en la sección de outlet una chaqueta del verano pasado, en piel rosa, me quedé enamorada nada más verla, y después, por unas cosas u otras no la compré. Me arrepiento amargamente, en fin no estaba, y mi gozo en un pozo.


Una de las chaquetas por las que suspiro, y eso que no me gusta el rosa, pero me estoy reconciliando con él después de esta maravilla.

De todos modos me hubiese llevado media tienda, la sección de FuriaMadrid me encantó, tenía cosas fantásticas, pero fui lo más práctica que pude, tenía que volver a casa y para ello debía llegar viva y con los bártulos a la estación, no me cuadraban los cálculos si me compraba lo que quería.
Después de un par de vueltas a la tienda como un animalillo asustado no pude resistirme a un pequeño colgate en forma de estrella de la marca Hops, evidentemente lo estrené para el desfile. Es ínfimo, sin embargo esa ínfima tontería puede marcar una significativa diferencia en un estilismo.

Estrellas de Hops

Agradezco desde aquí la paciencia de la chica que me atendió -se me pasó preguntarle el nombre para honrarla como se debe, lo siento- yo quería sacarle una foto para que la conocierais, pero es tímida, igual que una servidora y declinó el ofrecimiento. Lo entendí perfectamente.

Speed & Bacon

Y después de esto otra caminata para ir a comer. Tengo una tradición propia, cada vez que paso por Madrid voy a Don Zoko, en la Calle Echegaray, y como últimamente siempre voy sola, siempre me ponen en la misma mesa, ¿será la mesa de los inadaptados raros que van a comer sin perrito que les ladre?.

Cuando salí de mi fantástica comida -me parece estar saboreándola de nuevo en estos momentos- se puso a llover, y corrí a refugiarme al hotel. Era eso o entrar en el cine, y no había nada que me hubiese mantenido despierta.

En mi tarde de descanso leí el comentario de Elena del anterior post. En Madrid hacía frío y ella corriendo desde el trabajo iría con unos leggings y unas botas. ¡Mierda! ¿quién me mandaría a mi llevarme tacones? Bueno sí lo sé, después de empaparme de los modelitos que las conspicuas llevan a los desfiles del mundo, pensé que para fundirme con los asistentes era eso, o unas sandalias horrorosas con calcetines. Además eran la inversión de estas rebajas, ¿qué mejor forma de estrenarlos que para un desfile? Eso sí como tienen aberturas me los puse con medias, no quería amputarme los pies por congelación. No quedaban tan bien, pero no iba a morir por ello, y es que de frío sí podía morir.

No me compliqué mucho, mis pantalones de cuero azul klein, que introduje por dentro de la pulsera de los zapatos para abombacharlos y darle otro aire. El resto en negro, con un color fuerte en el conjunto yo ya tengo suficiente. Para que no quedase demasiado soso, un clunch con estampado de leopardo. Dándolo todo en el primer desfile al que asisto, como se tiene que hacer, que sólo hay una primera vez.


Que nadie se asuste, mi chaqueta era en negro, pero no he encontrado foto en la red. Puedo asegurar que fue una inversión, he llegado a pasar calor en Madrid con esas pieles.

Salgo del hotel y me encamino al COAM. Ya había reconocido el terreno en la caminata hacia Speed & Bacon, pero no hubiese sido difícil encontrarlo, una puerta con un montón de gente arremolinada delante, sólo puede significar que allí hay un sarao. Me acerco a la mesa para decir mi nombre, era una invitada al evento, pero allí no llevaban el control de los invitados, sólo las acreditaciones de prensa. ¡Dios mío si habían tantas chicas para dar acreditaciones, eso debía estar plagado de prensa!. Qué nervios.

Subimos al tercer piso, y yo, para que no se notase lo pardilla que soy seguí a la gente.
Y ¡qué montón de gente,! todo el mundo parecía conocer a todo el mundo, y andaban saludándose como viejos amigos. ¿Pero qué hago yo aquí? ¿Si a mi no me conoce ni el Tato?
Sin darle mucha importancia a lo que me rodeaba -chica, ante todo seguridad en una misma, que no noten que estás fuera de tu mundo pequeño- me dirigí a la pasarela. Por el camino vi un stand de laca de uñas Essie, una barra de gin tonics, unos puffs llenos de conspicuos, y un foto call. Pero yo no me paré por nada. Y llegamos a la zona del desfile, un montón de asientos reservados, casi todos en la primera fila. Me costó encontrar un sitio en el que plantarme. Lo conseguí en segunda fila, y resulta que la Heredera de La Condesa acabó delante de mi.

Se llena la sala hasta los topes. Yo como estaba sola en ese mar de gente me dediqué a mirar los modelitos del gentío. Un chico con unos pantalones blancos con una franja fucsia, me encantaron.
Muchas zapatillas deportivas, con todo, de hecho vi a una mujer con el traje entero Jagger con unas deportivas con cuña. Pero no todo eran deportivas, había conspicuas de las de verdad, con tacón y sin medias. Todo el mundo conocía a todo el mundo, y estaban encantados de verse de nuevo. Qué envidia, yo era un motita de polvo entre tanta purpurina.

Mucha chaqueta de La Condesa, pero ¿eso no era de mal gusto? Se ve que no, yo por si acaso, y por el frío, elegí una pelliza negra.
Aparece la Heredera, una mini-Condesa, con su mini-chaqueta y sus mini-deportivas, escoltándola el Consorte, con una chaqueta soldado James en azul, fantástica. Un momento, esa señora rubia, lleva una chaqueta de la firma, ¿será La Condesa Madre? Puede ser, irradiaba felicidad, y una madre en el primer desfile de su hija también irradiaría felicidad. Y la que tiene en el regazo a la Heredera, será La Condesa Hermana, perfecta con esa falda de tul con cinturón de borlas de colores.

Se apagan las luces y comienza la música. Se encienden los televisores y se pone en marcha el vídeo de presentación. ¿Es una declaración de la firma? Tiene un toque irreverente ¿por qué vestir en blanco y negro? ¿Por qué vestir como el resto? Eso parece decir el video. Aparece Marina diseñando, las artistas costureras cortando y cosiendo las chaquetas. Me emociona que un diseñador haga que los trabajadores que dan vida a sus diseños salgan a la pasarela, aunque sea en un vídeo.

La música, vibrante y un poco canalla, sirve de fondo para las modelos. Me sorprendió que con el primer diseño la gente no se arrancase a aplaudir, era un momento histórico para la firma y para los que estábamos ahí, el primer modelo del primer desfile.Aquí se ve la poca experiencia que tengo yo en estas lides.


La gente no paraba de hacer fotos, de hacer vídeos, el Consorte de La Condesa estaba con su i-phone registrándolo todo. Yo andaba anonadada, intentado recordar qué acababa de ver, cómo era cada estilismo. Mi mente no daba para tanta información, gafas nerd a lo Terry Richardson, chaquetas utilizadas como si fuesen casacas de los húsar, faldas de lamé, perfectos de cuero negro con una manga blanca, capas -mi favorita la que he bautizado como “caperucita roja”, una capa roja con capucha y el interior de terciopelo-…

Húsar
Soy sólo yo o a vosotros también os parece la foto de graduación ¿?

No continúo que para eso están las fotos de los profesionales. Yo estuve tentada de hacer alguna foto, pero no serían de buena calidad, se verían parcialmente, y todo para demostrar que estuve allí. No hace falta yo sé que estuve y con eso sobra.

Elle
Elle
Elle
Elle
Elle
Elle
Elle

Mi Caperucita Roja, me encantó esta capa, no lo puedo evitar. Sólo le falta el bastón de la otra capa larga en azul. Simplemente perfectas

Elle


Acaba el desfile, comienza el carrusel, las modelos hacen un pasillo, y aparece La Condesa, llueve confeti, y La Condesa comienza a saltar.
Creo que estaba tan emocionada que casi no ve a su pequeña Heredera, y a su Consorte. Un abrazo de los tres para el final del desfile.

Enfemenino

La flora y fauna del lugar se comenzó a levantar, volvieron a saludarse, volvieron a alegrarse, y yo no sabía qué podía hacer, ¿me hago un gin tonic como recomienda La Gran Vía es Mía? Preferí salir hacia una suculenta cena. Eso si un fantástico chico me dejaba pasar, y es que detrás de mi estaba Nathalie Seseña, y el chico la reconoció, bueno no sé si lo describiría así, la cuestión es que quería una foto con ella, después saber dónde estudió interpretación -en una academia en París- y ahí ya no aguanté más metí barriguilla y salí de entre los bancos.
En mi huida se me cayó el móvil, no sufrió, gracias por preguntar. Al salir ya no estaba la barra de uñas Essie, pero seguía la barra de gin tonics, y seguía la gente feliz de estar allí.

No puedo más que felicitar al equipo que hizo posible el desfile, su trabajo fue fantástico. Y la colección, ¡¡¡¡Ohhhh!!!! la colección, como siempre la quiero, o por lo menos casi toda. Y desde mi blog pequeño quiero agradecer a La Condesa y El Ama de Llaves el haber contado conmigo para compartir este momento tan especial.

Así fue mi experiencia en el día C de La Condesa. Pero hay más peripecias de la pequeña Missy en la gran ciudad. Aunque eso será otro día.

ACTUALIZACIÓN: desde Twitter he localizado esta crónica del desfile de La Condesa. Como no es la típica que encuentras en las revistas os pongo el link del blog Entender la belleza de la nena



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