ESO
NO SE HACE NIÑA. GOYA 2014
Que
nadie se piense que yo sé más que nadie de moda, pero en esta
sección intentaré explicar por qué hay modelitos que no concuerdan
con la actriz que lo lleva, que no la hacen brillar. Todo para que
eso no se repita en casa.
Pero
como siempre para gusto los colores, y ésta es sólo mi opinión.
Guardemos
las formas
Y
no tiene nada que ver con el protocolo que se ha de llevar en una
noche de etiqueta, con lo que a mi me gustan los modelos que
transgreden las normas, me ha encantado el vestido de Dior de Manuela
Velasco, y se supone que es demasiado corto para una noche de gala.
En
realidad me refiero al vestido de Ruth Gabriel, sé que es del
finalista del concurso “Who's the next” Moisés Nieto, y me
parece perfecto que haya alguien que apoye a los diseñadores que
empiezan. Sin embargo, esa especie de lazo/mangas a la altura de las
caderas, esa falta de formas en el vestido no puedo alabarlo. Seguro
que Moisés Nieto tenía mejores opciones, y por mucho que hayan
intentado poner de moda las mangas falsas, yo sigo sin verlo, y menos
aún para un vestido de noche.
Creo
que un vestido que fluyese sobre su figura hubiese favorecido a su
silueta, sea la que sea la que posea, porque podría ser Triki, el
monstruo de las galletas, que con esas hechuras no lo hubiese
descubierto nadie.
Ruth Gabriel, de Moisés Nieto Vogue Goyas 2014 |
Simplemente
un apunte más, la diadema que llevaba, que me parece un complemento
que iba muy bien con el peinado, y que le daba un toque especial al
conjunto, y sin embargo no me convencía nada cómo la llevaba,
demasiado caída hacia la cara, muy coronita.
El
poder del complemento
Aplaudo
la valentía de salirse de lo establecido, por lo que me encanta la
opción de Nadia de Santiago, un mono rosa palo -nude para
algunos-. Pero amiga, esos zapatos no los veo. Serán cosas mías, pero
me da la sensación de amalgamamiento en los tobillos, no había
separación óptica entre el pantalón y los zapatos, creo que
subiendo un poco el bajo del mono, y añadiendo unos zapatos de un
color vistoso habría ido perfecta.
Nadia de Santiago, de Miguel Palacio Vogue Goyas 2014 |
Y
otra cosa, soy yo o los bolsos grandes en las galas quedan rarunos.
Un bolso más pequeño y este sí metálico hubiese sido fantástico.
Muy
importante cuidar esos detalles, muy pequeños por otro lado, pero
que hacen que un estilismo quede perfecto o necesite mejorar.
El
cut-off no es para todas
Es
cruel decirlo, pero los vestidos cut-off no son aptos para
todas. Y visto lo visto en estos Goya, creo que no es tanto tener
un cuerpo escultural, como el no pasarse con las aberturas.
El
vestido de Lorenzo Caprile de Nathalie Poza no me transmite glamour,
en realidad, y sin ánimo de ser cruel, me recuerda a un trikini con
un pareo. Es posible que con una aberturas más discretas hubiese
conseguido un efecto más favorecedor.
Igual
me pareció con el vestido de Mar Saura, con esas aberturas
laterales, parecía tener una silueta rectángulo.
Nathalie Poza, de Lorenzo Caprile Vogue Goyas 2014 |
Por
mucho que se lleve una tendencia, mejor no pasarse y pecar de
discretas que intentar ser la más sexy del lugar. Pero claro, puede
ser que yo sea demasiado conservadora para ese tipo de vestidos.
Realmente ellas parecían cómodas con lo que llevaban puesto, y ese
es un punto muy importante cuando vas vestida de gala.
Sacate
partido
Marina
Aguilera siempre me ha parecido una chica muy atractiva, y que con
esa belleza necesitaba poco para ir perfecta, pero no creo que este
vestido negro de David Valls la haya hecho brillar en un evento tan
especial para un actor. A esto se suma la falta de complementos que
animen la propuesta, además los salones negros no hacen ningún
favor al resultado final.
También
es posible que en este caso no falle tanto el vestido como la actitud
de quien lo lleva, y es que me da la sensación de que se hallaba
forzada en el posado, pero pueden ser cosas mías.
Marina Aguilera, de David Valls Vogue Goyas 2014 |
Es
muy importante cómo te sientes con lo que llevas puesto. El caso
contrario lo tenemos con Macarena Gómez. En otra persona el vestido
de Lorenzo Caprile podría no haber causado tanta sensación, y es
que ir repleta de lentejuela de un color complicado, como es ese tipo
de verde -verde claro tornasolado-, pone a prueba la seguridad de
cualquiera.
Macarena Gómez, de Lorenzo Caprile Vogue Goyas 2014 |
Además
de los complementos y la actitud, hay que cuidar el peinado y el
maquillaje. Ir discreta no quiere decir que parezca que vamos a la
playa, y eso es lo que me ha trasmitido Marina, tanto con el peinado
como con la elección de los colores del maquillaje. Pero que conste
que es sólo una opinión, y sólo quiero ilustrar los deslices que
estilistas y actrices pueden cometer, pero es que todos somos
humanos.
La
edad no es excusa
Lo
siento pero me horrorizó el estilismo de Terele Pávez, y no creo
que sea excusa la edad, mira a Helen Mirren. Tantas capas de rojo,
parecía mucho más voluminosa de lo que en realidad es. Tanto
frunce, tanto metro de tela, para qué, ¿tenía algún propósito
escondido que se desconoce?.
Y
siento decir que los zapatos me parecieron un crimen al estilismo.
Ese peinado y ese maquillaje, demasiado oscuro y exagerado no le
aportaba luminosidad a la cara, acentuando las líneas de expresión.
Pero puede que quisiese darle un punto siniestro al conjunto, como
homenaje a su papel en la película.
Terele Pavez Vogue Goyas 2014 |
Sé
que puede ir mucho mejor, y ni la talla, ni la edad son excusa.
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