16 mayo, 2018

GALA DEL MET, ALFOMBRA ROJA. El cielo y el infierno en la tierra.

MET BALL 2018, RED CARPET. El cielo y el infierno están en la tierra.


Por petición popular aquí está la ración de despelleje que os debía, la gala del MET.
A estas alturas de la película está todo el pescado vendido, y seguramente ya habrá salido un reportaje de los modelitos de las asistentes hasta en el Lecturas, por lo que no habrá nada que no hayáis visto antes, o igual sí, que normalmente sacan cinco estilismos, los más sorprendentes y que más memes han generado, y se ventilan el asunto de un plumazo, con la de jugo que se puede sacar de un fiestón como este, ains que poca ganas de crítica constructiva tienen algunos.

Vogue
Rihana vestida de Versace, MET Ball 2018


Vamos a comenzar por el principio, y es que esta gala se viene celebrando desde 1.948, desde que la cabecita pensante de la socialité Eleanor Lambert convocó lo que en su día llamó “Costume Institute Gala”, y ¿qué quería esta buena mujer con tan magno evento? Pues pasta, fundamentalmente y es que todo el dinero que se recauda es para el departamento de moda del MET, básicamente es su presupuesto anual, y con ese dinero organiza la misma exposición financia publicaciones y conferencias.
En 1.995 recogió el testigo de la organización Vogue USA, lo que equivale a decir que la que maneja el cotarro desde entonces es Ana Wintour, todopoderosa editora jefe de Vogue, y fue ahí cuando la cosa se puso interesante, y convirtió esta gala en los Oscar de la Costa Este.
Missy ¿qué hay que hacer para asistir a la gala? Pues romper la pana en el mundo, al nivel de Beyoncé o Madonna y que una de las marcas de ropa se alíe contigo para hacerle publicidad, o pagar, que en el mundo hay muchas cosas que se consiguen pagando, y esta es una de ellas, el cubierto cuesta entre 25.000 $ los de andar por casa, hasta los 275.000 $, los asientos al lado de diseñadores, actores y modelos de talla mundial. Hay muy pocas localidades individuales y la mayor parte de las mesas las compran grandes empresas.
Y no contentos con todo esto aún hay un obstáculo más para poder ir a esta gala y es la terrorífica Ana Wintour, si ella no te da el visto bueno no hay talonario que valga.
Normalmente hay sobre unos 600-700 asistentes repartidos en unas 65 mesas, y con la tontería se recaudan unos 12 millones de dólares, ahí es nada.
Cada año es temático, según la exposición que se inaugura con la gala, y este año le ha tocado a la religión católica y su relación con el mundo de la moda. A un evento así Madonna tenía que asistir, y tenía que vestir de Jean Paul Gautier, además tenía que ser una de las protagonistas, aunque a mí personalmente me ha defraudado un poco el estilismo, me esperaba mucho más de ella.

Popsugar
Madonna vestida de Jean Paul Gautier, MET ball 2018


Es que tanta cosa encima no hacía falta, una mantilla tipo red de pescador, una corona hecha de cruces -sorprendentemente lo que más me gusta del estilismo-, unas trenzas tipo boxeadora, una falda que sale de la cadera pero hay un algo extraño que aparece por la cintura y se mete por debajo de la falda, la cruz transparente en el pecho, yo no sé vosotras pero yo ando ya mareada.
De todas formas reconozcamos que Madonna es como Anna dello Russo, van a otro ritmo y tienen una visión de su imagen muy concreta, y hay que alabarles lo fieles a sí mismas que son, así que aunque a mí no me gustó nada OLÉ SUS OVARIOS POR IR COMO DE SALIÓ DE LOS MISMOS.

Supongo que no tiene que ser sencillo vestir de acuerdo con el tema de las exposiciones, que si China, que si el futuro y las máquinas, que si el punk, y ahora a vestirse como santos o vírgenes, que digo yo que si te gastas el dineral que vale el cubierto igual no te queda para una costumización de un vestido que te ha costado el otro riñón que te quedaba.
En fin que en el despelleje de hoy no me meteré con aquellas que prefirieron ir monas pero pasando del tema del evento, que las pobres bastante tendrían con buscar modelito mono, que les entrase dentro del presupuesto, que les quedase bien, que el maquillaje y la peluquería fuesen acertados, como para plantarse una corona de virgen napolitana y eso ¿dónde se consigue? No seré demasiado cruel, que mi karma aún no se ha recuperado del los Oscar de este año, y a este paso no consigo reencarnarme ni en lombriz come-tierra.

Chapa y pintura. El maquillaje de las estrellas.

No me gusta nada el maquillaje que algunas conspicuas llevan y que pretenden simular que no van casi maquilladas, esos tonos marrones suelen conseguir que tengan cara de cansadas, pero no sé que es peor eso o que te maquillen y parezcas una muñeca pepona. En difícil tesitura me han puesto.

Emilia Clarke de Dolce & Gabanna.

Puede que ese escote no sea el más mejor para ese vestido y para esa actriz, pero funciona, y esa corona le da un aire de icono ortodoxo muy interesante, sin embargo ¿hacía falta ese colorete a lo flamenco de Doñana? Mira que yo soy blanca cual luz de supermercado y me gusta más un colorete y un iluminador que a un tonto un lápiz, pero vamos que de darte un aspecto de fresca lozanía a parecer que tienes siete años y le has robado el maquillaje a tu madre hay un trecho, y mano de un experto estilista. ¿Le caería mal la pobre chiquilla a quien le puso semejantes colores en la cara?
Con lo bien que están los labios, con la sonrisa tan estupenda que lleva la buena mujer y esos coloretes..... brrrr escalofríos me entran.

FAshionsizzle
Emilia Clarke vestida de Dolce & Gabanna, MET ball 2018

Alicia Vikander de Louis Vuitton.

Alicia, querida, y si pones un poco de rosa en tu vida ¿te pasaría algo malo? Yo que siempre he odiado el color rosa porque todo lo de las niñas era del mismo color y yo reivindicaba la diversidad cromática, incluso yo me he reconciliado con el rosa y acepto que si me queda bien, pues habrá que utilizarlo ¿Qué te pasa Alicia que siempre vas maquillada de marrón? Y es que esta chica es guapa aunque ese color mortecino hace que no brille, es que la veo sombría y cansada, igual como iba de monja/obispo fashion pensaron que un look de contención le sentaría bien -que yo no es por nada pero me recuerda más a Jakie Kennedy que a un obispo, pero una es de pueblo y no ha visto un obispo más que en la tele y puede que tengan ese aspecto-.
Alicia, chica, anímate y dale color a tu cara que eso es alegría, bueno, no le des tanto como la buena de Emilia o acabaremos mal, que los extremos no son buenos, con un poco de rubor virginal y un brillito rosado en los labios ya lo tenemos hecho.



No me meteré con la mini-capa que lleva que hace que su hombros parezcan más anchos que sus caderas y me hace que clame por una falda con algo de vuelo para compensar, vamos, un poco más como Rooney Mara de Givenchy. No, no, no señor, no caeré en la tentación de criticarla más allá del maquillaje. Lo he prometido.

Vanity Fair
Rooney Mara vestida de Givenchy, MET ball 2018

El poder de los complementos.

En la gala del MET son imprescindibles los complementos, y más hablando de religión católica, que una buena aureola hace que un vestido de noche pase a hacete parecer un angelito del cielo, como Rosie Hountigton-Whiteley que con un vestido de Ralph Lauren que tiene de católico el dorado de la tela, le pones esa corona cual santo de iglesia y voilà, una aparición mariana podría ser, un poco descarada pero al fin y al cabo virgen.

Vogue
Rosie Huntigton-Whiteley vestida de Ralph Lauren, MET ball 2018

Sarah Jessica Parker de Dolce & Gabanna.

Con lo fácil que parecía viendo a Amber Head vestida de Carolina Herrera, un buen vestido con un corte limpio y un halo celestial, hala ya vas según manda la Wintour, pues hay algunas que de tanto que han estudiado el tema del catolicismo parecían un puesto de la feria.

Vogue
Amber Head vestida de Carolina Herrera, MET ball 2018


Sarah Jessica Parker, la Saritísima de USA suele currarse mucho los estilismos, y siempre va acorde con el tema que propone la todopoderosa Ana, y de tanto que se esmera este año se ha puesto un belén napolitano en la cabeza.
Esto no lo sabía yo, pero quien tiene un amigo tiene un tesoro y mi amiga Marian me contó que una de las cosas por las que se conoce Napoles es por sus belenes, así que la buena de Sarah tuvo buena idea, Italia, Dolce & Gabanna, religión, cruces, dorado, corazones, sin embargo ¿es que no podías llevar otra cosa en la cabeza? Qué sé yo, unos corazones aseatedos en una aureola, algo un poco más discreto que una cosa es que lo excesivo se permita en una noche como en la gala de MET y otra que parezcas un costalero sevillano.

Vogue
Sarah Jessica PArker vestida de Dolce & Gabanna, MET ball 2018


No hablaré de la cara que ponía la pobre Saritísima y de los ojos azules que le pintaron, que no quiero ser mala, y espero salir de esta con el karma poco dañado.


Jenelle Monae de Marc Jacobs.

A este paso no me van a quedar palabras para tanto halo, ¿se le puede llamar halo a esto? Es como las alas de sombrero que se llevaban hace mucho tiempo para taparse del sol, que había gente que las llevaba con mucho glamour como Grace Kelly en Atrapa a un ladrón, y hay quien no supera la prueba. En este caso yo es que no le veo el glamour por ninguna parte, y es que esas hombreras, ese vestido que parece el que llevaron los del grupo The Hives en el Low Festival de 2017, es que de verdad que me quedo sin palabras para describir esta reinterpretación de los santos apostólicos, y además ¿era necesario? En serio, ¿era necesario? Yo por más que me lo digan no me recuerda a un santo, me recuerda a una millonaria con poco gusto en Saint Tropez durante los '80.

Vogue
Jenelle Monae vestida de Marc Jacobs, MET ball 2018

No, no y mil veces no.

Hay estilismo que no deberían permitirse, es más, permitirse no deberían -como dirían Hernández y Fernández de Tintín-. Penados con excomunión en la iglesia de Dior tendrían que estar, no digo más.


Solange Knowles de Iris van Herpen.

La hermanísima de Beyoncé suele ser alabada por el riesgo que corre en esto del fashionismo, aunque hay veces que no es necesario tanto riesgo, que con ese pañuelo a lo manto divino, y esa aureola no hacía falta esas botas de latex, esas perneras a lo muñeco Michelline, vamos que me recuerda más a los modelitos de Pandemonia que a una virgen, o si me apuras a uno de los personajes de Dune, y es que el latex tipo dominatrix y la iglesia no es que casen mucho, llamadme cateta, o corta de miras, pero yo no lo veo.

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Solange vestida de Iris van Herpen, MET ball 2018

Cardi B y Jeremy Scott de Moschino.

Puede que el modelito de Rihanna parezca excesivo, y puede que no nos lo pondríamos ni para disfrazarnos en carnavales pero la buena mujer se lo curró y fue muy original. No me atrevería a ponerla en la lista de “necesita mejorar”, y más después de ver el estilismo de Cardi B, pero tampoco me da la vida para ponerla en la lista de “progresa adecuadamente”, yo le hubiese hecho dos correcciones para que mis ojos echasen chiribitas de amor fashionil.
Volviendo a Cardi B, supongo yo que la buena mujer y Jeremy querían que pareciese una virgen opulenta, de las que salen a pasear en Semana Santa, con su mejor manto bordado en plata y oro, pero entre la tiara que parece made in Bollywood, la sobre-falda, la raja, el choker, la melena a lo leona desatada, los guantes, uffff yo es que veo un exceso de información completamente innecesaria, que ríete tú de Rihanna y de la de kilos de perlas que llevaba encima, que iba hasta recatada al lado de Cardi.
No, no, y mil millones de noes. Grrrr no me dan los ojos para ver tanta cosa junta.

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Cardi B y Jeremy Scott vestios de Moschino, MET ball 2018


No os penséis que no me queda veneno para más, que en el tintero hay otras cinco advenedizas que tendrían que haber hecho experimentos con gaseosa en vez de con los vestidos, pero por hoy ya hay bastante, si aún no tenéis suficiente despelleje hacédmelo saber y continúo con la lista, si como yo tenéis el karma en el límite del bien y el mal el próximo post será de las cinco más mejores del MET. Espero vuestras noticias.




8 comentarios:

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    1. Pues me pongo manos a la obra con el resto de conspicuas que se quedaron en mi lista, espero que mañana podáis ver la segunda entrega de "el cielo y el infierno en la tierra". Manténgase atenta a su receptor, seguiremos informando.

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  2. Esta gala si que mola, jajajajaja

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    1. Ains si la Ana te conociese te hubiese invitado fijo, con la de color que le hubieses dado tú a la gala.
      ;P

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  3. A mi esta gala en cuestión de moda es la que más me gustaba pero este año me ha decepcionado bastante....o hiperdisfrazadas o en plan modelo de Victoria's secret....no me convence ...

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    1. Jajaja, supongo que con la temática que tenía les han entrado ganas de sacar bordados y perlas a pasear.
      Yo te confieso Rocío que después de las alfombras rojas de los premios cinematográficos de principios de año esta gala me ha dado mucha vidilla, y es que tenía mucho veneno guardado, ja je ji jo ju.

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  4. Oh my God! Desde luego que las alfombras rojas y eventos varios ya no son lo que eran. No me pongo yo un vestido de esos ni en Carnaval. Parece que las asesora su mejor enemigo. De acuerdo que ellas están en la vanguardia, en lo último, en la originalidad... peeero....se pasan de rosca. Por supuesto, quiero seginds sesión despellejil. Un besico

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    1. Si es que creo que los conspicuos son de otro planeta, puede que esta gala se la tomen como sus carnavales fashion, se dirán "hala vamos a dejar volar los metros de tela y la imaginación". Si algún día los entiendo os cuento cómo se ve la vida desde el otro lado.

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