23 agosto, 2016

INSTAGRAM Y MISSY SALE

INSTAGRAM Y MISSY.
Supongo que no muchas sabéis que tengo Instagram, y es que no lo publicito mucho, ese es mi gran drama en la era digital, que no tengo un marketing eficaz -hay veces que no tengo ni marketing-.
Bueno pues tengo Instagram -@missy_sale-, y es un poco como yo y el blog, caótico y ecléctico, que igual te pongo una fotografía de un pan con sésamo que acabo de hacer, como un graffiti que me he encontrado por la calle -me encantan los graffiti buenos, y reclamo más-, una portada de un libro, un paisaje, un cuadro del Museo de El Prado -ya sé que no se pueden hacer fotografías, pero alguna he hecho, no lo digáis por ahí o no me dejarán volver-.



Concierto de Suede en el Low Festival
Graffiti de Benidorm
Broche de Lopez Linares Anticuarios
Vinilo de una convención de tatuadores de Londres
Pamela DIY del blog
Botellas de Bodegas Luzón, Jumilla
Pescadores del puente Gálata, Estambul
Acuarela hecha tomando como modelo una ilustración de Melissa Ballesteros

Vamos que en mi Instagram hay un poco de todo, sin una dirección precisa, sólo cosas que me sorprenden y me gustan.
Lo mismo me pasa con los filtros, o la edición de las fotografías, cada una tiene un estilo propio, y no pienso en, digamos, una “marca de la casa Missy Sale”, lo que sé que es un fallo, lo recomiendan siempre para tener éxito en esta aplicación.

Imágenes de Instagram Missy Sale

Velero en el Mediterráneo

Soy consciente que con esta filosofía no voy a triunfar en el mundo cibernético, vamos no doy ni para micro-influencer -que son los gurús a escala pequeña, suelen tener de los 500 seguidores a los 1.500-. De todas formas he de confesar que no me sentiría cómoda publicando de otra forma, este es un trabajo/entretenimiento mío, y yo soy así, y así es como me siento a gusto haciéndolo.
Aunque hay momentos en los que gente con un montón de seguidores, o miles de corazoncitos en sus fotografías, se les ocurre dar a “seguir” en mi cuenta, es posible que al cabo de unas semanas dejen de seguirme y sólo sea una forma de incitar a crédulos como yo a dar al botón de seguir y hacer aún más abultada su cuenta de adeptos, sin embargo hay otros que se quedan -si bien es cierto que no me dan ni un corazoncito, pero no le voy a pedir peras al olmo ¿verdad?-. El conseguir eso me da un subidón impresionante, yo que hago las fotografías con el móvil, y que hay veces que ni las retoco, ufff cada me gusta me llena de emoción y me sabe a gloria.

Imágenes de Instagram Missy Sale

Mercado de Anticuarios y mueble vintage, DecorAcción 2015 Madrid

Aunque hay un tipo de seguidores que me emocionan más, son gente que comparte su vida con los amigos, y deciden seguirme a mí, tienen las cuentas bloquedas para curiosos, y cuando les doy a “seguir” me aceptan y me dejan asomarme a sus momentos más especiales.
Desde aquí les quiero dar las gracias a todos por dejarme ser testigo de los instantes que quieren compartir, y ya de paso que les gusten las locuras que cuelgo en este escaparate al mundo.

Imágenes de Instagram Missy Sale

Museos Palatinos, Roma

Y es que Instagram parece un escaparate, a veces al mundo, otras sólo para amigos. Y justo esa cualidad de ojo cotilla ha hecho correr tinta digital y normal. Una de las cosas que parece preocupar a mucha gente es que muchas cuentas son pura apariencia, que muestran vidas idealizadas, vacaciones espectaculares, comida casi imposible de replicar, aunque a estas alturas no sé muy bien de qué se sorprenden, mucha fotografía es eso, ilusión, un juego de luces y sombras que pretenden que sea estético ¿a qué santos Instagram iba a ser distinto?
De todas formas el mundo de las apariencias no es nada nuevo, todos conocemos a alguien que está más preocupado por el qué dirán que por ser fiel a uno mismo. Yo coincidí con una chica -amiga de una amiga que no sabes muy bien cómo puedes haber acabado conociendo- cuyo único objetivo parecía ser comprar ropa de diseñadores, para ella eso era lo mejor de la ropa que llevaba, no que fuese bonita, que le quedase bien, no, lo importante era si los vaqueros que llevaba eran de Rocco Barocco, o la camiseta de Versace. Gente a la que le importa más la carcasa de la realidad que la propia realidad hay mucha, y no nos engañemos siempre la habrá.
Si bien es cierto que hay gente que lo único interesante que tiene es la carcasa. De ese tipo también he conocido, un cuerpo escultural que hará que toda tu ropa interior se tambaleé y que en cuanto abren la boca toda tu ropa interior vuelve a pegarse a tu piel.

Imágenes de Instagram Missy Sale

Explanada de la Mezquita Azul, Estambul

Al final no creo que haya que tomarse tan en serio todo esto, no creo que cuando tengas un problema los corazoncitos en tus fotos de Instagram vayan a darte un consejo, o te aguanten cuando llores, o vayan a ver una película de miedo contigo. No perdamos de vista lo importante de la vida.

Hala, después de un poco de filosofía Missy Sale, os dejo. Mañana os prometo clones y moda.


No hay comentarios:

Publicar un comentario