LOW
FESTIVAL. La crónica menos blogger de una blogger.
Los
que me leéis, o conocéis, sabéis que no soy demasiado
convencional, tengo muchas rarezas y una de ellas es que me gusta
contar las cosas para la gente que no las ha vivido. Es decir, que
todos los que no fueron a ver a Muse al FIB solo tengan que leer el
post para transportarse allí, que casi fuese como haber estado, con
lo bueno y lo malo, con el calor y los saltos.
Pues
hoy toca otra sesión de festival, el Low que se celebra en Benidorm.
Reconozco que me siento más cómoda en este festival que en el FIB,
por una simple razón, hay menos gente, y te aplastan menos. Bueno
por eso y porque conseguí primera fila en algunos conciertos -qué
bien se está en la primera fila, no te apretujan ni nada, tienes
aire para respirar y cuando la gente corea las canciones es
espectacular.
Comencemos
por el principio, este año me compré el abono nada más los
pusieron a la venta, sin saber el cartel, sin saber horarios, no me
importó mucho, podía disponer de todo el fin de semana, y me lo
pasé tan bien el año pasado que no lo dudé mucho -bueno y que el
abono al principio te cuesta lo mismo que la entrada de un día
cuando ya se saben los grupos que van a actuar, eso influye algo,
seamos sinceros-.
Esta
vez os vais a hartar de grupos de música, os advierto que soy un
poco ecléctica, y voy saltando de una música a otra con una
facilidad pasmosa.
VIERNES:
Había
que llegar pronto al recinto, el primer concierto que nos interesaba
era el de Ángel Stanich Band -escenario Matusalem-, a los
pobres los habían puesto a actuar con toda la soligaña de las 7 de
la tarde dándole en plena cara.
A
esta banda la conocí el año pasado en ese mini-festival que hacen
en la playa en el que conocí a Neuman. De hecho allí me enteré que
el baterista lo es también del grupo Idealipsticks.
Ángel Stanich Band |
Lo
dieron todo, sudaron como el público, saltaron casi más que
nosotros, y saltaron al foso para hacerse unos bailoteos con los de
primera fila -no, en este caso yo no estaba en primera fila, sólo en
4ª-, bueno y creo que bajó también para cazar a un Pokemon, o por
lo menos con eso bromeó “creo que he visto a un Pokemon no-sé-qué
por ahí ¿os parece bien que baje y lo cacemos?”.
Vamos
a ver, que hacer que la gente vaya a las 7 de la tarde un viernes de
finales de julio a verte a un campo de fútbol es que tienes un
público fiel, y la verdad es que lo dieron todo. Puede que sus
discos no acaben de convencerme, pero es normal cuando has visto el
directo, mucho mejor. Trasmiten mucha más energía y alegría
-porque verlos disfrutar te hace que lo pases mejor-.
Ángel Stanich Band
Metralleta Joe
No
teníamos ningún imprescindible en la agenda hasta el concierto de
León Benavente, pero no nos íbamos a quedar quietos esperando, eso
era un festival y había que festivalear. Paramos en el escenario
Jägermusic a escuchar la sesión de DJ Capo,
y me hubiese puesto a saltar como una loca, otra vez, si no me
hubiesen parado “hay mucho festival por delante, esto es una
carrera de fondo, relájate”. Nunca me había planteado un festival
como una maratón, lo importante es acabarlo, pero acabarlo bien. Uff
difícil tarea.
Empezaba
el concierto de La M.O.D.A. -La Maravillosa Orquesta Del,
Alcohol- en el escenario Matusalem. Los había oído nombrar, pero
supongo que con un nombre tan parecido a La Mode de los '80, se me
habían mezclado y hasta que no los vi en directo no me había
enganchado a su música. No os puedo contar mucho del espectáculo,
estaba lejos, había mucha gente, y yo sólo me preocupé de
empaparme de lo que te contaban, y sólo puedo decir que me encanta
su música y que van directos a mi lista de Spotify -que se está
haciendo muy muy larga-. Se me hizo corto el concierto, no digo más.
La M.O.D.A. |
La M.O.D.A.
Los hijos de Johnny Cash
Otra
carrera para ver un rato de Love of Lesbian en el escenario
Budwaiser. Vamos a ver, no son mi grupo favorito, eso sí tienen
canciones que me encantan, y otras que me parecen soporíferas, con
esas premisas había que ir a verlos, a ver si la balanza se
decantaba más por una que por otra opción. Bueno yo sigo con mi
amor/pereza hacia ellos, pero lo que sí comprobé es que tienen un
público entregado que coreaba cada sílaba de cada canción y que lo
dieron todo. Y ellos también, sólo por eso merece la pena ir a ver
uno de sus conciertos.
Yo
no acabé este, y es que estaba León Benavente esperándonos en el
escenario Matusalem -sí lo habéis acertado, me paso todo el fin de
semana corriendo de un escenario a otro como si no hubiese un
mañana-.
No
me preguntéis cómo pero conseguí un sitio en primera fila para ver
a León Benavente, vamos que le soplaba en el cogote a los
fotógrafos acreditados. La experiencia de estar en primera fila es
más que recomendable. Podría parecer que acabarás aplastado contra
la valla, y que te tendrán que sacar con espátula, pero no, se está
de cine, no te aplastan, corre el aíre, nadie te tapa...todo
ventajas.
Coreé
todas las canciones, las que me sabía y las que no, y lo salté
todo.
A
este grupo me llevaron a verlo hace unos meses, había escuchado una
canción suya, con una letra ciertamente inquietante “Ser brigada”
, y como no sé decir que no a un buen plan me apunté al concierto.
Geniales en vivo, da la sensación que se lo están pasando genial, y
el cantante Abraham Boba es tan
dramático en la gestualización que a mí me hipnotiza -eso sí
siempre me preocupa la integridad física de su cuello, los cabezazos
al aire tienen un intervalo alarmante, y
con ese pelazo aún parece que la amplitud de la onda es mayor,
espero que no tenga ninguna lesión después de ningún concierto-.
León Benavente
Gloria
Corriendo,
otra vez, al escenario Budweiser para ver a Belle & Sebastian.
Su música es un poco, denominémosla dulce, es como los grupos
británicos de pop de los '80, como Fairground Attraction a lo
actualizado. Confieso que estoy en una época un poco más dura, dame
un sampler, una buena guitarra, una batería potente y me vengo
arriba, Belle & Sebastian se me quedan un poco cortos de
potencia.
De
todas formas es un grupo que me ha gustado mucho, y teniendo la
oportunidad de verlo hay que aprovechar, ¿verdad?.
Son
adorables, o por lo menos es lo que despertó en mí, invitaron a dos
personas del público a subir al escenario a bailar, bajó al foso
para saludar a la gente en una de sus canciones, el cantante saludó
al público de parte de su mujer que se había quedado en el hotel
cuidando de su hijo. Y declaró que está en contra del Brexit “Somos
de Glasgow y no nos queremos marchar”. Su música es alegre, y
viene genial para un día gris, y para una noche de julio, también.
Belle & Sebastian
The party Line
Esta es una de las canciones más bailables que tiene, y me sigue encantado.
No
hay piedad para los adictos a la música, otra carrera para ir al
escenario Matusalem y ver en directo a Belako. Ni idea de
quienes eran, a mí me arrastraron, todo sea por conocer grupos
nuevos.
Vizcaínos,
jóvenes y con una música bastante potente, en algunos momentos me
llevaron al grunge y el garaje de los '90.
Eso
sí la melena del bajo me daba miedo, parecía que se le iba a
enredar entre los dedos al tocar e íbamos a tener una desgracia,
tenía momentos de auténtico Primo Eso de la Familia Adamms.
Esta
vez también estuve en primera fila, al ladito mismo de la cantante y
se está muy agustito, creo que voy a intentar repetirlo más veces.
Muy
recomendable seguirle la pista a este grupo vasco.
Missy Sale Belako en el Low Festival 2016 |
Mudanza
al escenario Budweiser para ver a Hot Chip. Que el cantante
saliese con una bata de quirófano de papel color fucsia me llamó la
atención -¿será seguidor de las modas femeninas y se habrá
enterado que eso se lleva ahora?-
Bailar,
bailar y bailar, en eso consistió el concierto. Además tenía a un
grupo con diademas de coronas luminosas que no dejaron de tirar
confetti en todo el concierto, era como una Nochevieja en verano.
El
cantante también bajó al foso para acercarse al púbico y fue
quitándose capas de ropa a medida que pasaba en concierto -que nadie
piense raro, que se puso la bata de quirófano y una americana, al
final acabó en camiseta y sus bermudas rosas-.
Muy
bueno el directo, y el juego de luces ayudaba a que te apeteciese aún
más bailar.
Hot Chip
Ready for the floor
Traslado
al escenario Matusalem para ver a WAS, sinceramente los había
escuchado en la lista de Spotify que se había creado para el Low de
este año, pero no había investigado nada más, así que me
sorprendió mucho escucharlos hablar, y mucho, en castellano. El
cantante tenía una continua exaltación del amor con el público, y
esa cercanía hacía que saltases más aún cuando te lo pedía.
Missy Sale WAS en el Low Festival 2016 |
Arrastré
al grupo al escenario Budweiser para ver a Monarchy, el
concierto ya estaba empezado, pero no me pude resistir a verlos.
Música con una fuerte base electrónica. La estética del cantante,
con media cabeza pintada de plateado y unas extrañas hombreras me
recordó a Pet Shop Boys -que nadie le pregunte a mis neuronas esa
asociación, en ese momento iban por libre-. Pese a que un amigo DJ
se quejó de que las canciones eran flojas, yo estaba más a gusto
que un arbusto y bailé hasta que me echaron.
Fue
apoteósico el final, con una versión de la canción de Nirvana
Lithium, todo el público saltando.
Monarchy
The Phoenix Alive
Después
de 10 horas de conciertos mi cuerpo dijo que ya era bastante para el
primer día de festival. Retirada, y lamenté mucho no ver la
actuación de ElyElla DJ's, he oído que fue espectacular.
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