MALETA
DE FIN DE SEMANA, CAPITALES EUROPEAS EN VERANO. ¿Qué me pongo?
Dos
de mis amigas y yo tenemos una costumbre, y es irnos de viaje el
primer fin de semana de marzo, comenzamos con Granada, y cuando
después de tres años se nos quedó pequeña pasamos a Roma, esta
aún no se nos ha quedado pequeña.
Evidentemente
la maleta depende mucho de la estación en la que viajes, del lugar y
sus idiosincrasias.
Bueno
yo soy muy optimista y pienso que en toda Europa hace buen tiempo y
sol, puede que no el mismo calor que aquí, pero sí un tiempo de
verano -vamos que no hace falta un abrigo de plumas y unas botas
forradas de borrego de pelo.
No
sé vosotros pero yo suelo tener la sensación cuando voy a un
lugar con edificios altos y calles anchas de tener más calor, sea
donde sea -vale obviaremos el efecto isla de calor que suele
acompañar a las concentraciones de hormigón y asfalto-. Ese es el
motivo de que los estilismo que os doy para recorrer una ciudad en
verano se vean tan frescos, combinación de azules y blancos, es como
llevar la playa a donde nosotros vayamos.
Viaje
de ida y primeras horas.
Las
conspicuas van muy monas por los aeropuertos, muchas de ellas con sus
tacones, sus gafas enormes, sus vaqueros. Y parece que todas tenemos
que ir igual, pero señores lo de ir en turista y no tener un coche
con chófer en la puerta del aeropuerto hace que el resto de las
mortales vayamos un poco más “de ir por casa”.
Eso
no quiere decir ir mal vestidas, solamente ir más cómodas.
Un
vestido con forma de campana -que queda bien a todas las siluetas y
es cómodo, sin apreturas de ningún tipo-, unas sandalias planas, mejor atadas -yo las elijo romanas para que no salga ninguna
disparada si hay que correr en algún momento-, una bandolera -el
mejor amigo de un viaje-, unas gafas de sol -que no ser conspicua no es estar reñido con parecerlo-, y estamos perfectas y mucho más
cómodas que con tacones.
Para
cuando llegamos al hotel no necesitaremos mucho para salir pitando a
conocer la ciudad, nos cambiamos los zapatos y el bolso y estamos
perfectas para ir a tomar algo el viernes por la noche.
De
paseo por la ciudad.
Ya
sabéis que los vestidos me parecen la opción más práctica en
verano, no ocupan demasiado, nos solucionan todo el estilismo de un
plumazo y pueden ser perfectos tanto para el día como para la noche
dependiendo de los complementos. Así que mi primera opción es un
vestido de tirante fino y un color claro, combinado con las sandalias
del viaje, la bandolera, y las gafas estaremos perfectas para
recorrer la ciudad.
El
segundo día podemos arriesgarnos más y ser urbanitas cual Carrie
Bradshow en New York City, con unos culottes blancos y una blusa de
escote bartot, nada muy complicado pero perfecto para una ciudad y
para el calor; además combinan perfectamente con las sandalias, la
bandolera blanca y las gafas espejadas.
Salida
nocturna el sábado por la noche.
Por
la noche suele refescar, brisas marinas, brisas de montaña, y
vientos varios hacen que sea conveniente unos pantalones largos, o un
vestido largo. Para que veáis que con pantalones estampados podemos
ir perfectas, y además muy trendy os propongo unos pantalones
tobilleros estampados, y un top blanco. Simple y efectivo, sólo
necesitaremos volver a recurrir a las sandalias de tacón del
viernes, y un sobre de bolso.
Clutch
cremallera blanco, Mango 9,99 €
Sandalias
perlas, Uterqüe, 99 €
Top popelín, Mango 22,99 €
Pantalón
croped estampado, Zara 25,95 €
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No
he incluido bisutería, pienso que cada uno puede darle su toque
personal a cada estilismo con sus pichirichis -denominación que le
da mi amiga Gloria a la bisutería variada-.
Las
chaquetas, rebecas, y ropa de abrigo para estas fechas os la dejo a
vuestra elección, dependerá de dónde vayamos y del tiempo que
decida hacer en ese fin de semana en concreto. Estad atentos a las
previsiones.
Ahora
sólo queda pasárselo bien.
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